Apariciones

Apariciones de Milagro Eucarístico

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“Fue el pueblo religioso de Eten el designado por Dios para recibir, ver y adorar a su hijo Divino en la Eucaristía, al Niño Jesús en persona, que según la visión sobrenatural y documentada a la que respetamos dando la certeza por ser testimonio de un venerable sacerdote y de una multitud consciente se presenta como un mensajero providencial para decirle al mundo que existe la omnipotencia y ley suprema de Dios para dominarlo. Era pues la noche del miércoles 2 de junio de 1649, cuando imbuida de fe cristiana una gran masa de gente de este lugar y de pueblos aledaños, llenaba las naves de la iglesia de Santa María Magdalena que se encontraba adornada y profundamente iluminada. Ahí se oyen los cánticos y demás ritos religiosos con los que el sacerdote franciscano Padre Fray Jerónimo de Silva Manrique y el coro Parroquial oficiaban las solemnes vísperas de Corpus Christi. Llameantes cirios sobre el sagrario del Altar Mayor alumbraban el Santísimo Sacramento cuya custodia brilla radiante a los ojos de todos los presentes.

Pero al instante un rumor exaltado se produce al unísono en la masa humana, no un rumor estridente sino una exhalación de suspiros de todos los corazones. Y luego se preguntan ¿Qué hay? ¿qué pasa? ¿Qué ven asombrados el sacerdote y el Sacristán en el viril de la Custodia? ¡Oh milagro divino! ¡Un hermoso Niño que se mueve en la Hostia dirigiendo su dulce mirada hacia la multitud! Jesús en persona que se presenta para certificar su existencia y divinidad. La gente se arrodilla, llora y exclama: ¡milagro, milagro! aparte del sacerdote Silva Manrique, la observaron el español Domingo Martínez, el sacristán de la Iglesia Andrés Neciosup, los alcaldes designados por los españoles Pablo Quinocial y Fabián Chancafe, y por todo el pueblo asistente. Se oye al instante retocar de las campanas. La noticia cunde por todos los pueblos mochicas y las autoridades eclesiásticas disponen la certificación de este milagro.

Invitado el Padre del Convento de San Francisco de Chiclayo, Fray Marcos López a la fiesta de la patrona del pueblo de Eten: Santa María Magdalena, que se celebra el 21 y 22 de Julio de 1649, se hizo cargo del oficio religioso de las vísperas en compañía de los padres Gerónimo de Silva Manrique cura y vicario de Eten, Fray Tomás de Reluz y Fray Antonio Crespo; todos de la orden franciscana y teniendo presente dicho acontecimiento de la aparición del Niño Jesús en la Hostia Consagrada en la noche de la Víspera de Corpus Cristi, dispuso el descubrimiento del santísimo para experimentar tal suceso, lo cual fue negativo. Pero al día siguiente celebrando la misa con gran solemnidad, en el momento que el coro cantaba la comunidad, alzó los ojos colocado encima del Altar y vio en la Hostia Consagrada una sombra confusa como el cuerpo de un niño. Acabada la misa, nervioso y confundido procedió, ayudado por los tres sacerdotes a bajar el santísimo, hizo señas con los ojos al Padre Silva Manrique para que viera la sombra y este le indicó que efectivamente, veía algo.

Luego el Padre Marco López bajó el viril y llevándolo entre sus manos inició la procesión sin que ya nada se viera. Más, al detenerse para que la multitud de gente pasase adelante, vio detrás de la Hostia consagrada la misma sombra, aunque más oscura, la cual permaneció hasta que salió de la Iglesia. Siguió la procesión hasta el primer altar, donde quedó el viril encima, el padre reparó que la media luna en que la Hostia estaba puesta, se puso colorada por varios minutos, para luego no verse ya nada durante el recorrido de la procesión por otras calles. Ya de regreso a la Iglesia, el Santísimo fue encerrado en el Sagrario y la gente retirada a sus hogares.

Pero después como a las cinco de la tarde del mismo día impulsados los padres por sus cavilaciones sobre lo que habían visto, acordaron reunirse para hacerse algunas visiones en la Hostia. En efecto se reunieron y encerrados en la Iglesia con sus estolas puestas sacaron al Santísimo. lo pusieron encima del Altar y, !Qué sorpresa¡ ¡Qué prodigio¡ !El mismo Niño¡ ¡El mismo Jesús a los ojos de los cuatro sacerdotes, confirmándoles su real aparición, en esta vez y en la anterior¡ Los sacerdotes se consternan ante la maravilla divina que presencian y el Niño voltea la cara como enojado y desaparece para inmediatamente presentarse en la Hostia tres corazones blancos unidos entre sí.

Avergonzados los sacerdotes de su ingrato proceder no dieron a conocer por el momento, esta nueva aparición del Niño Jesús, pues temían un fuerte reproche de la enorme masa de concurrentes a la fiesta, sin embargo, pronto se dispusieron a confesar bajo juramento a los jueces eclesiásticos su portentosa visión.

Los acontecimientos de esta visión milagrosa están perfectamente relatados y certificados por las autoridades eclesiásticas de aquellos años, todos los documentos originales de la Aparición del Niño Dios en la Hostia Consagrada en el pueblo de Eten, se guardan en el archivo bibliográfico del Convento de San Francisco de Lima”.

Estas dos apariciones, fueron atestiguadas además, por dos notarios públicos que dejaron constancia del suceso. Las investigaciones posteriores estuvieron a cargo del Licenciado Presbítero Don Fernando de la Carrera, juez eclesiástico designado por la iglesia para estudiar e investigar específicamente este acontecimiento. A consecuencia de esta labor, se concluye con la elaboración de Autos, el primero del 25 de Junio y el segundo del 21 de setiembre de 1649, que por esta razón se considera un hecho histórico para la comunidad de Eten. A la letra dice lo siguiente:

“Que las apariciones que el Señor se dignó a hacer milagrosamente en la hostia, mostrándose en forma humana fueron reales y verdaderas y como tales se deben creer dándoles entera fe, como certifican los testigos en sus juradas declaraciones, por ser como son personas de todo crédito, particularmente el señor cura Vicario Dr. Jerónimo de Silva Manrique, a quienes se debe dar entera fe y creencia por su virtud, religión y calidad de persona”.

El expediente original y sus copias se encuentran bajo custodia en la biblioteca del Vaticano en Roma, en el Archivo General de Indias de Sevilla, España y en la biblioteca del Convento de San Francisco de Lima.

Estos milagros fueron certificados finalmente por el Papa Inocencio X, a quien se le atribuyen la siguiente expresión: “¡Oh dichosa Ciudad Eten¡ Por estas circunstancias, la Ciudad Eten busca ser reconocida como Ciudad Eucarística por el mismo Vaticano, para lo cual se ha realizado ya la visita del Obispo de Chiclayo Monseñor Robert Prevost al Papa Francisco para hacerle entrega de un documento con la Historia de la Devoción del Niño del Milagro de Eten, que reúne 20,000 testimonios de fieles creyentes, a fin de lograr este cometido. Esto ocurrió el 13 de febrero de 2019.

IMAGEN DEL

NIÑO DE MILAGRO

ICONOGRAFÍA DEL DIVINO

NIÑO DEL MILAGRO

TEXTO DE RICARDO PALMA

El gran tradicionalista peruano Ricardo Palma, se refirió a Eten y la tradición del milagro de la aparición del Niño Dios en la Hostia consagrada. La versión que ha sido publicada tiene como título “Las Campanas de Eten”.